miércoles, 24 de noviembre de 2010

revolución sin logros

Revolución sin logros

Hemos llegado al llegadero, son más de once años de una revolución sin logros, son once años apostando a el deterioro progresivo de las instituciones del estado y a terminar con los cimientos de nuestra tan atrofiada sociedad. Son años de promesas incumplidas y no menos importante son muchos días meses y años esperando la mayor suma de felicidad posible que el presidente no se cansa de citar en sus recurrentes discursos de lo mismo.

Es cierto que Hugo Chávez llega al poder con el apoyo de las masas pero de igual forma a defraudado a ese pueblo que lo llevo a la presidencia de nuestro país con sus consignas de odio, con sus arengas en contra de no se cual imperio y en contra de venezolanos que por el simple hecho de pensar diferentes ya son los explotadores de los otros.

Se ha perdido el reconocimiento por quienes han trabajado toda su vida por el país, se ha perdido el respeto por la vida, ya los valores no son promovidos por el contrario nos dan ejemplos reiterados de antivalores y en este caso el ejemplo que caracas dio, en el entendido de que vemos a caracas como el centro del poder donde se toman las dediciones que marcan el futuro y desarrollo de la patria no es más que retórica desgastada lo que se traduce en que ya desde hace bastante tiempo se gana más irrespetando al otro y descalificándolo con patadas de ahogados o sin sustento para ello.

Somos el refugio de terroristas, somos la cuna y el puente de donde se transporta la droga que va a parar en Latinoamérica y más allá, somos la impunidad en su máxima expresión y para rematar nos hemos conformado con las migajas de un país que tiene mucho más para entregar. Aquí los de la cuarta robaron y ahora los de la quinta ultrajaron y lo siguen haciendo sin disimulo.

Las expropiaciones, “confiscaciones” a las empresas privadas, así como mas recientemente los urbanismos de particulares, son la única respuesta que tienen al despilfarro del dinero proveniente de nuestras riquezas, a la ineficiente administración de los recursos abundantes que hemos tenido, a la complicidad de las autoridades con competencia en seguridad y bienestar social que no han hecho nada más que profundizar los delitos, la pobreza, agravando así sus consecuencias, es la demostración fehaciente que no han sido capases de resolver el déficit de vivienda que tenemos y que no pueden presentar obras concretas solo arrebatarle a los demás su propio esfuerzo.

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